Desde el punto de vista médico, la urgencia supone una situación de enfermedad o accidente que necesita un tratamiento inmediato por existir un riesgo sobre la vida, es decir, una situación “grave”.
Con esta definición se excluye casi a los dos tercios de las urgencias atendidas. Hay por tanto una diferencia entre lo que piensan los médicos y los pacientes. Esto lleva a una saturación de los hospitales y clínicas, deterioro de la calidad asistencial y a una mala relación médico-paciente.
Para dejar bien claro el tema, te compartimos esta infografía para que la compartas con nuestros posibles pacientes.